Quién Soy?

Quién Soy?

Vengo de un rincón mágico de Argentina, donde la tierra es roja y el cielo celeste fuerte. Vivo en Barcelona y siempre que puedo visito lugares que me recuerden quién soy. Así llegué a Tailandia, casi sin planearlo, donde, además de estudiar masaje Thai (tailandés), me maravillé con la bondad, seriedad y dedicación de mis maestros y colegas.
Hace ya 7 años que me dedico a las terapias manuales y que tengo la suerte de encontrarme y compartir con personas maravillosas este camino.
El masaje es una experiencia interior donde el tiempo vuela tanto para quien recibe el masaje como para mi. Al comenzar una sesión el paciente y su bienestar se convierten en mi prioridad, llevándome a un estado meditativo de profunda entrega y silencio interior. Doy y recibo.
De esta manera todos mis sentidos están atentos a lo que cada persona necesita. Lo que su cuerpo físico habla. Y simplemente lo guío para que encuentre la forma de relajarse. Porque confío en que la capacidad de “autocuración” se encuentra en cada uno de nosotros.

Las primeras influencias que tuve vienen de Tailandia y su estrecha relación con el budismo, donde la aplicación del masaje se considera una forma de práctica meditativa. De esta manera, el masaje tradicional tailandés se convierte en una aplicación práctica de los cuatro estados sublimes del alma, que, según el budismo son necesarios para alcanzar la felicidad:
Metta: amor, deseo de hacer a otros felices y generosidad
Karuna: compasión con los que sufren y el deseo de aliviar sus sufrimientos.
Mudita: alegría y regocijo con los que tienen buena fortuna.
Upekkha: ecuanimidad, deseo de ayudar a las personas sin prejuicios ni preferencias.

Así, en cada sesión procuro trabajar desde el amor y la alegría.
Y no olvidemos nunca de compartir sonrisas y abrazos, al entrar y al salir!