Somos energía femenina y energía masculina vibrando por nuestro ser. Sin importar nuestro género o cómo nos autopercibimos, estás dos energías nos mueven, nos llevan hacia fuera o hacia dentro. Dos polaridades en diálogo constante.
Muchas veces potenciamos y/o negamos una de estas dos partes impidiendo que la otra pueda expandirse naturalmente. ¿Y cómo podemos sentirnos plenos sin permitir experimentarnos en todo lo que somos?
¿Cómo afinar nuestro instrumento sin conocerlo primero?
La energía femenina tiene que ver con el costado izquierdo, quien está regido por el hemisferio cerebral derecho: artístico, imaginativo, intuitivo. Es una energía nutritiva y acogedora que contempla la tribu y la humanidad como un todo. Se centra en el placer y en la belleza de las cosas. Favorece la introspección y estar en contacto con las emociones. La energía femenina valora el fluir, dejar el control y confiar. Es pasiva. De fuera hacia dentro.
La energía masculina tiene que ver con nuestro costado derecho, quien está regido por el hemisferio cerebral izquierdo: lógica, racionalidad, análisis, practicidad. Hablamos de una energía de acción, muy focalizada y enfocada a un propósito claro. Conlleva conductas más agresivas, rápidas y eficaces. La energía masculina valora lo tangible y lo material. Es activa. De dentro hacia fuera
Mente y corazón. Tribu y un@ mism@. Acción e Introspección. Yin y Yang. Este retiro crea un espacio para que te permitas ser desde ambas energías. Para que reconozcas qué te aporta cada una y tomes consciencia sobre cuál es la predominante, y así encontrar herramientas para balancearlas y conectar con ellas según nuestra voluntad, y no a través de las heridas. Un lugar donde re-conectar con todas nuestras posibilidades -infinitas- de Ser.
Profesora de Hatha Vinyasa Yoga. Terapeuta manual y Humanista. Directoria del centro YogaTai. Hija, hermana, amiga, compañera y madre. Niña mágica y sanadora a través del juego, la alegría, las aventuras y el amor. Buscadora de verdades.
Bailarina. Charlatana. Fotógrafa y mujer en busca de la libertad. Aceptar mi cuerpo de mujer ha sido mi reto en esta existencia. Y aún estoy en ello. Transito muchos caminos, y sé que compartiendo con el tuyo, podemos hacerlo más sencillo.
PD: Sí, somos hermanas. Somos mellizas. Crecimos viéndonos duales y hoy comprendemos que somos polaridades que sostienen la otra parte, que nos nutrimos aún en las diferencias, porque también seguimos aprendiendo a integrar lo incomprendido.
Felices de contar con una mujer que es tierra y cielo, martes y venus, golpe que nutre, Sol Homar, quien cerrará nuestro retiro con una sesión de Percusión, Voz y Movimiento
